Lugares remotos o lugares "prohibidos"

El filósofo Kant -que era además geógrafo- publicó, en 1764, un ensayo titulado, Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime, que contiene una teoría estética en la que se expresa el cambio hacia el romanticismo que se iba operando, en la actitud cultural europea, ante la naturaleza y la montaña. Desde el inicio del escrito sostiene que <<la vista de una montaña cuyas nevadas cimas se alzan sobre las nubes, la descripción de una tempestad furiosa… producen agrado, pero unido a terror; en cambio, la contemplación de campiñas floridas, valles con arroyos serpenteantes, cubiertos de rebaños pastando… proporcionan también una sensación agradable, pero alegre y sonriente. Para que aquella primera impresión ocurra en nosotros con fuerza apropiada debemos tener un sentimiento de lo sublime; para disfrutar bien la segunda es preciso el sentimiento de lo bello. Altas encinas y sombrías soledades son sublimes: platabandas de flores, setos bajos y árboles recortados en figuras son  bellos. La noche es sublime, el día es bello… Lo sublime conmueve, lo bello encanta… Lo sublime ha de ser siempre grande, lo bello puede ser también pequeño. Lo sublime ha de ser sencillo, lo bello puede estar engalanado. Una gran altura es tan sublime como una profundidad… Un largo espacio de tiempo es sublime… La inteligencia es sublime; el ingenio, bello… la emoción de lo sublime es más poderosa que la de lo bello>>.
Capítulo 1, Precedentes remotos y próximos. Pág 49-50.
El sentimiento de la montaña Doscientos años de soledad.
Eduardo Martínez de Pisón y Sebastián Álvaro
Ediciones Desnivel, 2002.




Comentarios