¿QUÉ ES ICONOS?

 ¿QUÉ ES ICONOS?

Fundamentos para el uso de referencias históricas en el desarrollo de los problemas de interpretación que sugiere nuestro tema de los Iconos. Puesto que se trata de un conjunto de observaciones post-humanistas que recurren al Renacimiento cuando la filosofía humanista se desarrolló por encima de muchas otras debido a la herencia del redescubrimiento de la filosofía de la Antigua Grecia y las dudas sobre la categoría del Hombre y su relación con su propio destino, hubo una incorporación de los conceptos de Naturaleza que ponían al hombre y la mujer como fuente y medida de todas las cosas, vistos ahora como seres cuyo pensamiento podía expresar también la verdad en función de sus emociones y su valor, surgió la metáfora de la identidad mediante los iconos que eran símbolos enfrentándose a la ambigüedad de los procesos sociales e históricos, como fuentes de Verdad Arcana y Resistencia en la incertidumbre del desarrollo humano. Esos Iconos capaces de ofrecer cierta estructura a las ideas y emociones personales atribuyeron mayor protagonismo a los roles sociales individuales, aparecieron los gremios preindustriales y el mundo se transformó a una red cada vez más amplia de intercambios, podemos decir que también por aquel momento empezamos a asistir a la aparición de las Marcas en los productos como Icono a su vez personal y externo, pues siempre crea una relación en un marco de homologación liberal donde la sociedad juega un papel definitivo, es decir, se empiezan a diseñar los Avances Sociales en compañía de las proposiciones técnicas que desembarcarán en un adiestramiento también más rígido de la categoría de individuo y su libertad, aunque en ese desarrollo de la persona no hubo siempre eficiencia ni perfección y los intereses mercantiles jugaban papeles decisivos en la gestión del poder terrenal, no así como durante el Medievo, donde aquella autoridad era debatida en claustros de legitimidad donde linaje y esencia proporcionaban mayores halagos aunque la responsabilidad del Reino en cuestión siempre quedaba como una tregua entre familias.

Esta importancia de la necesidad del Avance se ha instaurado como Eje de la conciencia occidental, los seres humanos están sumidos en una superestructura de valores inconscientes cuya organización depende de las capacidades individuales, diversificando a modo de empresas los procesos sociales a los que cada individuo está invitado y en los cuales puede gestionar sus proyectos, desde el Estado también se procura este cierto comunismo moral pero el sistema económico no se adapta del mismo modo a las necesidades individuales y se ha dejado llevar en ese ambiente de progreso del cual a día de hoy somos unos presos absolutos, existe una conciencia social muy ampliada, pero que no es capaz de ponerse de acuerdo sobre las inquietudes diversas porque el individualismo se ha tragado a la ideología, que no es más que un mundo ideal de cuestiones subliminales acerca de la Naturaleza de las Cosas, por eso los procesos no confluyen, no se desarrollan, no se solapan, y las personas en un acto reflejo, y desde un punto de vista materialista sufren el mismo delirio de grandeza. Ahora una persona aislada, incapaz de desarrollar un tema concreto sin resistirse a la burla y el auto-sabotaje es dueña del destino de una sociedad, porque así lo quiere el conjunto de elementos que guían a esa sociedad hacia el progreso y como fachada entendemos nuestro individualismo como aislamiento pacífico, acto de traición soberana al prójimo que es privado de un espejo moral de hechos donde desarrollar sus procesos éticos, así generamos violencia, sarcasmo ironía de la miseria, en definitiva, ausencia de empatía en un mundo virtual que no entiende al diferente, porque nadie puede ser diferente a sí mismo, ¿verdad?

Por todo ello repaso el enunciado del prólogo de Antropología Estructural de Levy-Strauss donde se aprecia que el llamado estructuralismo converge con la más firme tradición teórica de las ciencias humanas: la teoría marxista de la ideología y sus muchas derivaciones en el plano sociológico, y el psicoanálisis en el plano psicológico, planteos que en este sentido son complementarios. En ambos hemos aprendido que la significación consciente de la conducta social oculta, en mayor o menor medida, los verdaderos mecanismos de regulación. Y en ambos casos, Marx y Freud se han esforzado por demostrar que la verdadera significación –inconsciente- puede ser «leída» en la conducta, está implícita en la praxis social –individual y colectiva- y, reunidas ciertas condiciones, un observador puede elaborar una reconstrucción objetiva de los sistemas latentes a partir del comportamiento de los sistemas conscientes de representación.

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