El viento que despejó una niebla.


Profundo y lento como un mal sueño, como una horrible cárcel de la que no puedes salir, mana de nuestras propias mentes y es reflejo de lo que somos, de lo que queremos ser y de lo que fuimos. Libertad, libertad de miras, de expresión, de movimiento, de odio y de amor. Mundos paralelos se suceden con la misma frecuencia que un lunes los vagones de metro en Sol. Sentimientos enfrentados, dos espejos, realidades finitas y limitaciones, el error viene dado por la sumisión, no hay nada peor que no vivir buscando el siguiente nivel, no hay nada peor que vivir sin saber morir, nada peor que una familia rota por los propios miembros, todo es aquí y ahora, pero no todo será... No todo. Si será quién ha sido, quien ha amado y quien ha pisado fuerte sobre la mente del ser humano, no hace falta que sean millones, con un simple devoto de lo infinito, la vida cobra sentido y es que, ¿que más se puede pedir cuando los sueños se hace realidad?
Estoy aqui para salvarte, para liberarte, para vivirte y amarte porque yo soy yo en ti y mi cuerpo estaría vacio sin el tuyo. Pangea corporal, ¿eso nos podría separar? No. Infinitos como un eco en el espacio.


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