Elogio de la amistad.

Si algunos días tienes la sensación de que vives en un mundo de plástico, absurdo, metódico, fantástico y además jurídico, puedes sentir que tus convicciones acerca de la naturaleza de tus sentimientos menos físicos, es decir, la vergüenza, el respeto, la tolerancia, el cariño(aunque este tenga en sí mismo ambas caras de la moneda), y otros que podáis imaginar sin pensar tanto en el sexo como en las relaciones humanas, que se crean por el acostumbramiento a determinada gente que te rodea pero que eliges por ser más afín a tus percepciones sobre los valores morales que garantizan cierta integridad y dignidad; no se corresponden del todo con las de los demás, aunque este hecho decisivo para comprendernos a nosotros mismos nos condicione a la hora de comprender que no todos hacemos las cosas por los mismos motivos y que acerca de la tolerancia puede surgir el abuso, la burla, los racismos, un conjunto de situaciones que se dan cuando algunas personas no son completamente iguales pero el destino las ha unido en sociedad, lo mismo que puede aparecer el respeto, otro valor, asociado en realidad a la propiocepcion, osease, a la manera que tenemos de comprender nuestras cuestiones de género y edad en el entorno que vivimos, por eso los mayores o los superlativos, gente muy lista y capaz, absurdamente lista y capaz, siempre deja de respetar a los que tienen poco dinero, poca presencia, poca belleza o altura, poco de todo, con lo que no se puede dar. Antes el respeto también calibraba el efecto de la palabra, de la palabra misma, y del poder de la misma. Ahora las palabras se las lleva Facebook y con su escasa libertad de expresión me recuerda al sesgo, la purga, los valores que los otros reúnen en su significación de los acontecimientos de la vida que sienten y comprenden, además de ser protagonistas, puede que estés en la casilla de los que no se enfrentan a la realidad por evitar la vergüenza que supone el no contar con los antes dichos estados de reconocimiento en los demás. En ese caso, no tengas miedo pues el cariño lo encontrarás, y eso es lo único importante porque si tu sientes cariño por quien eres, y no por quién son los demás, entonces podrás hacer frente a todas las fechorías que te hagan, a todas las palabras que te duelan y a todas las traiciones que aparecen cuando también en tu vida empiezas a comprender que existen las expectativas, no solo del futuro, sino también de los demás y que nunca se cumplen.

Comentarios